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Álvaro Escobar, este candidato a diputado PPD por Maipú y ex-galán de teleseries en un reportaje de la última revista "De Mujer" de la tercera me dejó en claro lo que es un verdadero exponente de la "Nueva Masculinidad" y no un ejemplo del inutil hombre metrosexual que se estila últimamente. A continuación la parte de la entrevista que me llamó más la atención:
–¿Qué pasa con el público masculino en "Rompiendo códigos? ¿Cómo reciben a tu personaje?
–Me ha resultado muy elocuente observar lo que ha pasado en un par de funciones que hemos hecho para alumnos de enseñanza media. Los cabros, amparados en la oscuridad de la sala, empiezan con unos uuuy burlescos en cuanto aparece Turing en escena, un hombre que fue impulsado al suicidio por personas que llevaban dentro esa semilla homofóbica. Y esos uuuy no sólo me parecen humillantes, denigrantes y peyorativos contra el que es distinto, sino reveladores de una estupidez indescriptible… Creo que eso es casa, es colegio, es profesores, es herencia.

–¿Estos jóvenes están mejor que los de tu generación?
–Fíjate que a medida que se van involucrando en la historia de ese ser humano, más allá de su opción sexual, desaparecen los comentarios y los uuuy. Quiero pensar que "Rompiendo códigos" contribuye a romper prejuicios, ya que la creciente atención y el silencio que termina por imponerse, gracias a los schist y los cállate, casi siempre de las mujeres, son alentadores. Si eso ocurre en las 2 horas 10 que dura la obra no puedo estar escéptico. No importa que a los dos días esos cabros vuelvan a lo mismo, a jugar el torpe rol del hombrecito, a competir por quién mea más alto o lo tiene más grande, porque habrá algunos a los que lo visto les hará sentido.