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“Los Village People habrían sido un grupo extraordinario si, junto al cowboy y al indio, al policía y al obrero de la construcción, hubieran tenido el valor de añadir al sacerdote católico, uno de los personajes irrenunciables del desfile iconográfico gay del siglo XX”, escribe el anónimo autor de “Contra Ratzinger”; volumen llegado recientemente a Chile y editado por el sello Debate.
En la solapa del libro se lee: “El autor ha optado por el anonimato, rindiendo homenaje a la olvidada tradición de los libelos del siglo XVII”, para después explicar en las primeras páginas que luego de seis meses de publicada la obra en Europa, su éxito impulsó al autor a ampliar el libro, que es el que ha llegado al país.
A partir de la trayectoria del actual Papa, Benedicto XVI, el anónimo escritor traza un perfil del autor de libros como “Sin raíces”, “El nuevo pueblo de Dios” y “Teoría de los Principios Teológicos”, entre otros. Además de la postura radical de Ratzinger de hacer valer, en su actual pontificado, la carta pastoral “Homosexualitatis problema”, de 1986, donde se aclara que: “Es imposible aceptar la condición homosexual como si no fuese desordenada”.
Pero el libro también causó revuelo en Europa. Una de sus críticas fue a modo de reseña en España, donde se decía: “Porque la cuestión aquí no es que el tipo éste decida juntar unas pocas páginas con la intención de poner a caer de un burro al antiguo cardenal Ratzinger (a la sazón, un simple teólogo más, aunque de altura intelectual inalcanzable para quien intenta denigrar aquello que no entiende), sino que lo que se pretende es lo de siempre: atacar, por elevación, la figura de Benedicto XVI que, ése sí, siendo heredero de Pedro, atañe y vincula a todos los católicos”.
HOMO PERVERSO
Para el actual Sumo Pontífice, un hombre que ama a un hombre es un peligro para la sociedad. Cuestión que según el autor anónimo ha permitido que “La Iglesia Católica libre una singular batalla contra el sexo y el reconocimiento de los derechos de las minorías sexuales en todo el mundo”.
El pensamiento de Benedicto XVI al parecer es poderoso porque reitera, permanentemente, afirmaciones de Papas anteriores, como cuando Juan Pablo II señaló en su primer viaje a Estados Unidos que: “La actividad homosexual debe distinguirse de la tendencia homosexual, porque es moralmente perversa”.
En el capítulo “De la procreación. La vida y su propiedad”, se apunta que “El cuerpo y el deseo de la mujer siguen representando la amenaza más peligrosa a la afirmación de la supremacía del ideal de Dios en la vida humana. (...) La existencia de ambos -de la mujer y del homosexual- parece encarnar para la Iglesia el escándalo moderno representado por la posibilidad de conjugar libertad de elección y tecnología reproductiva, porque afirma que materia y alma pueden elegir independientemente de la voluntad de Dios”.