Embarazo de Mary Cheney es el nuevo campo batalla en debate de grupos homosexuales norteamericanos::::
12/10/2006
Si ser la hija lesbiana de un vicepresidente republicano es ya de por sí un asunto espinoso, tener un hijo con su pareja homosexual puede convertirse casi en un asunto de Estado, como le ha sucedido a la embarazada Mary Cheney.
Desde que se conociese esta semana la futura maternidad de la hija del vicepresidente Dick Cheney, se han sucedido un aluvión de reacciones por parte de los organizaciones pro y contra derechos de los homosexuales.
La criatura, que vendrá al mundo en la primavera boreal, se ha convertido antes de nacer en un bumerán político que unos y otros se arrojan para justificar sus posiciones.
Desde las filas de gays y lesbianas, el argumento es rotundo: el retoño de Mary Cheney pondrá cara dentro del Partido Republicano a una realidad que muchos se empeñan en no ver.'Este embarazo demuestra que existe otro tipo de familias, también dentro de los republicanos, que comparten el sueño americano y que sólo piden los mismos derechos que todo el mundo', dijo a EFE Luis Vizcaíno, portavoz de 'Human Rights Campaign' (HRC), la mayor organización de defensa de los homosexuales en EEUU.Mary Cheney, de 37 años y vicepresidenta del gigante de internet AOL, convive desde hace quince años con su pareja Heather Poe, de 45 y antigua guardabosques.Otra asociación, 'Family Pride', recuerda el vacío legal al que se enfrentará Heather Poe, ya que el estado donde residen, Virginia, no reconoce las uniones entre homosexuales.
'Cuando Mary y Heather asuman su nuevo papel de madres, deberán afrontar rápidamente la realidad de que la criatura no tendrá nunca las mismas protecciones que el hijo de una pareja heterosexual, por mucho amor que reciba la criatura', opinó Jennifer Chrysler, directora ejecutiva del grupo.
Los conservadores, mientras tanto, hacen equilibrios entre la lealtad al vicepresidente Cheney, casi siempre un fiel aliado de sus causas, y las críticas a su hija.
Algunos líderes de la influyente derecha evangélica ya han protestado antes por que, a su juicio, Bush no ha hecho lo suficiente para vetar el matrimonio homosexual.
El propio vicepresidente se opuso a una enmienda constitucional que definía el matrimonio como una unión exclusivamente entre un hombre y una mujer. Sin embargo, las organizaciones más conservadoras se han arrojado al cuello de Mary, a quien, entre otras lindezas, le han dedicado epítetos como 'desaprensiva'.
'Es muy descorazonador que una pareja conocida como ésta traiga al mundo deliberadamente a un hijo que nunca tendrá un padre', aseguró Janice Crouse, de la organización 'Concerned Women for America'.
Para 'Focus on the Family', otro importante grupo de presión en Washington, 'el amor no puede reemplazar a un padre y una madre. En los 30 últimos años se han publicado miles de estudios que confirman que a los niños les va mejor cuando tienen un padre y una madre casados'.
Todo el mundo opina, pero ¿qué dice la futura mamá?Mary Cheney ha decidido permanecer callada, como ha hecho en tantas otras ocasiones cuando el debate se centraba en su condición de lesbiana.Ella es una ferviente republicana que no ha tenido empacho en colaborar activamente en las campañas electorales de 2000 y 2004 para que su padre y Bush resultaran elegidos.Sin embargo, en un libro publicado en mayo, acabó con su silencio y reclamó el derecho de las parejas homosexuales a contraer matrimonio.
Mary Cheney ya fue protagonista involuntaria de la campaña electoral por la presidencia en 2004, cuando el candidato demócrata John Kerry sacó su nombre a relucir en un debate frente a George W. Bush.La maniobra de Kerry le valió un sinfín de palos, los más duros por parte de la madre de Mary, Lynne, que lo calificó como 'un truco político barato y de mal gusto'.A buen seguro que los políticos demócratas se lo piensan dos veces a la hora de mentar al vástago de Mary Cheney la próxima vez que les pregunten.
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